martes, 13 de julio de 2010

Abuelos útiles hasta...


Encontré este pequeño comentario que me pareció muy interesante. Lo dejo a su consideración.

Los padres somos muy altruistas con los hijos. Les damos todo y más. Y, sin embargo, somos unos egoístas tremendos cuando se trata de nuestros propios padres. La frase la pronuncia una compañera y me deja totalmente noqueado, por la razón que tiene. Se me ocurren un millón de ejemplos. Y el asunto va a más con los horarios de locos de hoy en día. Son los abuelos los que nos salvan la vida mientras todavía están útiles para el servicio de canguros y a los que colocamos lejos de la vista tan pronto como no nos sirven para nada. Perdonen que sea tan duro, pero, sobre esta realidad, no se puede ser blando. No valen medias tintas. Otra compañera mucho más cándida dice que ella espera que sus hijas la cuiden de mayor. Le contesto que eso es como esperar que los canguros no salten o que los perros no ladren. Al ritmo que vamos, nadie sabe cómo serán nuestros hijos de mayores. Me inclino más por pensar que harán lo mismo que nosotros. Querrán que sus hijos tengan de todo, demasiado de todo, y a nosotros, como abuelos, solo nos usarán mientras seamos útiles para hacerles un servicio. Luego, nos colocarán donde puedan, con decencia. Los tiempos del abuelo en casa ya pasaron. Sé que hay excepciones, pero, para la mayoría, un padre enfermo es un problema enorme. Un problema con su pareja. Un problema de dinero. Un problema de tiempo. Somos más duros que piedras. Lobos hambrientos de poca memoria.
Fecha de publicación:
    Sábado 21 de noviembre de 2009

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